El mundo de las modas y los modelos

La coacción publicitaria:
hasta ahora nos hemos referido a los medios de comunicación como portavoces y creadores de los estereotipos estéticos corporales que surgen en la población.
El
cine, la fotografía, los reportajes sobre métodos de adelgazamiento contribuyen a determinar el estado de opinión y evaluación corporal. Pero, además, todo este mundo de palabras e imágenes van a crear un importantísimo mercado descubierto por los comerciales y productores de más de mil recursos de adelgazamiento.
El
estado de opinión, por tanto queda en cierto, enrizado en una publicidad comercial, que con sus mensajes incorporan el estereotipo estético, lo concreta y potencia.
Se realizó un
análisis de publicidad de pro-adelgazamiento en 1985. De todas las revistas que se publicaron en España se eligieron aquellas que contaban con un 60% de lectores del sexo femenino que a la vez tenían una difusión de más de 100.000 ejemplares. De aquí se seleccionaron diez que constituyeron el 80% de todas las revistas leídas por la población femenina.
De estas revistas, se analizaron todos los anuncios que aparecían seleccionando todos aquellos que de manera directa o indirecta incitaban al uso o
consumo de productos para adelgazar.
Los resultados fueron éstos:
Anuncios Directos ....................... 10,43%
Anuncios Indirectos ....................... 14,24%
Anuncios Totales ....................... 24,64%
Con esto se constata que casi uno de cada cuatro anuncios que llegan a un público femenino invitan de alguna manera a
la mujer, a perder peso.
También se midió el coeficiente de Impacto. Éste mide la capacidad de difusión de un mensaje en una
población dada. Como se ve en la tabla toman prioridad aquellos productos que son de actuación específica e inmediata, como es el caso de las cremas y pomadas adelgazantes. En segundo lugar aparecen los alimentos de tipo calórico.
En la tabla, vemos un
cambio significativo en las razones que los anunciantes dan para invitar a perder peso. Es difícil predecir si esta tendencia se mantendrá, por eso antes había una gran preocupación por la salud y actualmente lo que se está dando es un vuelco hacia lo estético, es decir, se hace notar que vende más la motivación en estética que lo sanitario.
En 1985 el 55% de los argumentos pro-adelgazamientos eran estéticos mientras que sólo el 19% estaban relacionados con la
salud.
El llamado coeficiente de utilización indica la cantidad de veces que una palabra aparece en
publicidad. En la tabla del anexo 3, hay 24 términos verbales. Los más utilizados son: tipo, silueta, figura, delgado, línea, centímetro, kilos, adelgazar, calorías e hipocalorías.
También se llegó a la conclusión que la mayor difusión de esta
publicidad se produce, principalmente en mujeres de 15 a 24 años de edad. Esto es solo un botón de muestra para darnos cuenta del bombardeo al que estamos sometidos los jóvenes y adolescentes.
Cada época ha tenido unos prototipos de belleza. En la década de los 50, existían dos modelos: uno el de Marilin Monroe con caderas anchas, cintura ceñida etc. y el de Grace Kelly tendiente a lo rectilíneo, era la delgadez extrema. Las seguidoras de Marilin eran mucho más vulgares que las de Kelly que eran chicas aristocráticas.
En los años 60, se da el fenómeno Twiggy. Una chica inglesa, francamente esquelética, que se introdujo como un ciclón en el mundo de la
moda de América y Europa.
Publicaciones como " Vogue " trasladaron sus escuálidas dimensiones a los ojos de todo el mundo occidental. El impacto que produjo constituyó un ejemplo de la
eficacia de los medios de comunicación y de las campañas de publicidad.
La aparición de este fenómeno Twiggy es un hecho clave para entender el incremento epidémico de los trastornos en el
comportamiento alimentario. De algún modo el modelo de Marilin y el de Twiggy se han mantenido hasta nuestros días.
El anhelo de la delgadez sigue vigente. Un estudio pionero de Garner verificó de las medidas de las modelos fotografiadas en las páginas centrales del Playboy y otras revistas, fueron disminuyendo cada vez más. Eran más delgadas.